Foto:SDIS |
Egresado
del Instituto Distrital Para La Protección De La Niñez y La Juventud, (IDIPRON),
Carlos Montaño relata su historia con pasión y mucho orgullo, porque pasó de
ser un niño en condición de abandono a ser un ángel para los habitantes de
calle. Es un ejemplo a seguir.
A
los 8 años llegó a IDIPRON, gracias al programa de trabajo en calle denominado
‘Operación amistad’ que orientaba el padre Javier de Nicoló, quien lo encontró en
situación de calle dada la extrema pobreza de la familia.
“Estando
allí aprendí variedad de cosas, ya que el padre basaba su pedagogía en los
intereses individuales y ponía todo un abanico de posibilidades para que los
jóvenes participantes como yo aprendieran un oficio”, dijo Montaño.
Se
inclinó por el arte e ingresó al grupo de danzas, con el que representó al
Instituto en muchas lugares del país. Su
ciclo en Idiprón terminó en 2005, y al salir encontró una realidad con muchos
obstáculos para laborar. Fue vendedor ambulante, monitor de rutas y auxiliar de
cocina en un hotel.
Pero
ninguno de estos trabajos lo llenaba. Quiso
trabajar con las poblaciones vulnerables de Bogotá, y el mismo Instituto le dio
la oportunidad como instructor de danzas y luego como facilitador social. "Esta
experiencia cambió mi vida y me llevó a tomar la decisión de servir a los más
vulnerables. Me parecía gratificante y sentía mi lugar era trabajar con los más
necesitados", cuenta Montaño.
En
el 2012 se presentó a una convocatoria de la Secretaría Distrital de Integración
Social
Fue seleccionado y empezó a trabajar con la subdirección para Asuntos LGBTI.
Fue seleccionado y empezó a trabajar con la subdirección para Asuntos LGBTI.
“Trabajar
allí me trajo un conocimiento y respeto profundo por las orientaciones sexuales
y la diversidad. Esto me permitió entender
las diferentes formas de amar y de pensar y la riqueza que tenemos como seres
humanos cuando entendemos que no todos somos iguales”, cuenta Carlos. De hecho,
ahora Carlos se reconoce como un hombre homosexual y ha encontrado en su
entorno mucho respeto y aceptación.
Después
de un tiempo en esa área, Carlos ingresó al proyecto de adultez de la Secretaría
como un 'Ángel de la Calle', ese equipo que recorre las calles de la ciudad atendiendo
las necesidades de los ciudadanos que no tienen un techo.
"Estoy
muy feliz de hacer parte de este equipo. Llevar comida, saludar, escuchar y
hacer acompañamientos a diferentes personas es una forma de cercanía, de
decirle al ciudadano habitante de calle que es importante y que el Estado, por
medio de nuestro trabajo, está presente sea cual sea la situación. Doy lo mejor
de mí, la empatía siempre es mi consigna", cuenta Montaño.
Son
cerca de 700 ‘ángeles’ los que visitan día y noche ‘cambuches y ‘parches’ para llevar
ayuda y aliento y, reforzar las medidas de autocuidado en esta época de
aislamiento preventivo en la que el cuidado es primordial.
Mientras
tanto, otros 2.000 ciudadanos habitantes de calle permanecen en su etapa de
aislamiento en los 13 centros de atención del Distrito, donde reciben servicios
integrales para su recuperación personal, minimizando el consumo y la
habitabilidad en calle.
Fuente: SDIS y registro Fotográfico