"Mi familia me
espera con los brazos abiertos porque sabe que mi vida es diferente. Estoy
ansioso, nervioso, pero sobre todo tengo algo que no experimentaba hacer rato:
una felicidad real”.
Esa emoción es la
de Obed Márquez, un ciudadano de Medellín que resultó viviendo en las calles de
Bogotá, justo antes de volver a ver a su familia tras 33 años de ausencia.
“Se me quería salir
el corazón. Se me iba la respiración, veía muchas cosas cambiadas, pasaron años
que en minutos llegarían a su fin”, dijo este hombre que a los 23 años salió de
su casa en busca de aventuras y resultó viviendo las más extremas en la capital
del país.
Trabajó como
reciclador y expendedor de drogas, ya había sentido el peso de las mafias que
manejaban ese negocio en el desaparecido Cartucho, y había estado a la deriva,
sin un rumbo fijo.
Finalmente había
encontrado un refugio en el asfalto, en el Canal Comuneros, de donde lo
rescataron los ‘ángeles de calle’ de la Secretaría de Integración Social cuando
el distrito realizó la intervención para acabar con esa y otras ollas como el
Bronx, en pleno centro de la ciudad.
Fue en el hogar de paso
Bakatá, uno de los centros que tiene la ciudad para los habitantes de calle, donde
empezó un proceso de rehabilitación que culminó con su regreso a Medellín y el
reencuentro con su familia.
“Obed superó todos
los pasos que hay para volver a tener un proyecto de vida y salir del mundo de
las drogas y del mundo de la habitabilidad de calle que tantas consecuencias
trae para la salud física y mental”, expresó Xinia Navarro, Secretaria de
Integración Social, quien recalcó que casos como el de este paisa ratifican que
los servicios que presta la entidad transforman la vida de las personas y
permiten generar nuevas oportunidades, siempre respetando la dignidad humana y
el libre desarrollo de la personalidad.
“Cuando Obed aceptó
nuestra ayuda era una persona temerosa que, poco a poco y gracias a su empeño y
al trabajo del equipo interdisciplinario de la Secretaría de Integración Social,
empezó a creer en sí mismo y en su proceso de recuperación de hábitos y
abandono definitivo de las calles”, cuenta Fabián Rico, líder del abordaje en
territorio de la subdirección de Adultez.
Al ver su
evolución, el equipo interdisciplinario que lo atendió contactó a sus
familiares y preparó el terreno para el encuentro. “Siempre nos estremece de
felicidad cuando los participantes vuelven a encontrarse con los suyos”, dice
el líder de abordaje en territorio.
Tras superar los 9
meses de riguroso trabajo con Obed, los ´ángeles’ realizaron los trámites y
permisos para que Obed viajara vía terrestre hacia Medellín, aún con la
pandemia de por medio.
Sus profesores y
otros exhabitantes de calle que como él quieren un final feliz, lo despidieron
entre lágrimas de alegría. Llegó a Medellín de noche y tomó un taxi que lo dejó
frente al portón tras el que lo esperaban hermanos, sobrinos y otros familiares
que no conocía, para darle esa afectuosa bienvenida que pensaban ya no
sucedería.
Hoy en el seno
familiar, Obed y sus parientes se sienten muy agradecidos con los servicios
integrales que presta la Secretaría de Integración Social, con los cuales
ciudadanos exhabitantes de calle han podido salir de las calles y encontrar a
sus familias. Obed quiere iniciar un
negocio y, con el apoyo de su familia, espera que llegue el momento para
comenzar a trabajar y reafirmar que cuando se quiere, se puede.
Fuente:SDIS