miércoles, 25 de enero de 2023

Colombia debe pasar de una economía extractivista a una productiva pero balanceada con estrategias a corto mediano y largo plazo

 

Cada vez que la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez Torres hace declaraciones o interviene en un evento genera un gran escándalo nacional y crea incertidumbre que bien puede estar haciéndole mucho daño al país.

En esta oportunidad Irene Vélez dijo ante el Foro Económico Mundial textualmente que: “Este Gobierno no firmarán más contratos de exploración de petróleo y gas”, lo cual para muchos resulta un verdadero despropósito por las implicaciones económicas y sociales que dichas decisiones le traerían al país porque pone en riesgo la seguridad económica y social de Colombia.

Pero la cadena de errores no para ahí, a esto se suma el controvertido informe de 32 páginas del “Balance de contratos de hidrocarburos y recursos disponibles para la Transición Energética Justa” a través del cual se sustenta dicha decisión, para algunos con irregularidades técnicas y aspectos jurídicos que tampoco fueron conocidos ampliamente por miembros que conforman su equipo de trabajo entre ellas, nada más y nada menos que la hoy exviceministra Belizza Ruiz quien fue  realmente una piedra en zapato para el nuevo gobierno.

A pesar de las explicaciones dadas también por la ministra para enmendar su error  lo cierto es que se avecina un nuevo debate de control político en donde seguramente no pasara absolutamente nada si el gobierno pone a funcionar la maquinaria política, pero la verdad es que informes como el presentado que la tienen en aprietos deben ser elaborados siguiendo estrictamente los lineamientos internacionales que han definidos los ingenieros de petróleos como lo hace la Agencia Nacional de Hidrocarburos para establecer claramente que es una reserva y que son los recursos prospectivos para que los elementos probabilísticos no sean tomados a la ligera.

Entorno a este tema también se plantea la necesidad de realizar una auditorio a dicho informe lo antes posible, a lo cual se suman también otras voces como la de Armando Zamora Expresidente de la ANH quien dijo que la forma en la que se interpretaron las cifras no fue la correcta.

Pero cual es la verdad de este asunto que llama cada vez más la atención del país, y ocupa tantos titulares de prensa haciendo eco a las voces que se suman pidiendo la renuncia de la Ministra Irene Vélez y quien por el contrario parece estar cada vez más atornillada a su cargo porque cuenta con el respaldo del presidente Gustavo Petro.

Pues bien, la verdad es que un proceso de transición hacia otras economías no es de corto aliento, por el contrario, la historia nos muestra que los países que quieren diversificar sus ingresos y sus economías tienen que iniciar un camino sostenido que en los casos más optimistas puede durar más de 90 años.

Un ejemplo claro de esto lo vemos en algunos países como por ejemplo Panamá, para no ir muy lejos,  quien viene desde hace más de 50 años desarrollando y creando infraestructura turística para ser una potencia en este campo en centro americana siempre pensando en capitalizar la renta que pueden dejar millones de turistas que pasan por el canal durante todo el año, pero esto les ha significado un gran esfuerzo que apenas comienza, para desarrollar infraestructura como: metro, hoteles, comercio, ecoturismo y toda clase de planes vacacionales.

Dejar la exploración de petróleo y gas es una especie de harakiri para Colombia porque existen algunos sectores que sencillamente no están listos para ello, por ejemplo, la generación de energía en Colombia proviene en un 63.7% de recursos hídricos y el 31.5% proviene de recurso térmicos como el gas, carbón, fueloil y combustóleo, claro que también hemos dado pasos importantes hacia la electricidad renovable no convencional y hacia el uso de otras fuentes especialmente en el campo del transporte y la movilidad.

Entonces ustedes se preguntarán dónde está el problema, pues nada más y nada menos que en las exportaciones, puesto que el petróleo y el gas representan más del 40% de nuestras exportaciones, el 30% de la inversión extranjera directa, es nuestra principal fuente de capitalización bursátil y es una de las principales fuentes de divisas para nuestra economía y no hay productos, caminos o estrategias económicas que en corto plazo puedan sustituir este peso tan grande en las cuentas de la nación a merced de  experimentos sociales o políticos que deben ser concertados por el país para ser implementarlos gradualmente a lo largo de los próximos años si queremos ver buenos resultados.

Así las cosas, el mensaje que está dando la Ministra de Minas y Energía Irene Vélez y el Presidente Gustavo Petro a los inversionistas es que la principal fuente de ingresos va a desaparecer lo cual genera incertidumbre y desolación, es como si supiéramos que nuestro arrendatario se quedará en los próximos meses sin trabajo y no tendrá ingresos para pagar la renta y sus cuentas.

Mantener las reservas económicas para el país significa también mantener sostenidamente la exploración y la explotación de petróleo y gas, para aumentar las reservas de gas que hoy solo están proyectadas hasta el año 2028 y aumentar los 118 contratos de exploración vigentes que tenemos porque según FEDESARROLLO comenzamos a marchitar el número de barriles de petróleo diarios que a noviembre del 2022 estaba en 771.000, el más alto de los últimos años. 

La otra pregunta que muchos hacen está relacionada con el impacto ambiental real y que le aporta Colombia al mundo en matera de contaminación.?

La ciencia, asegura que el fracking es una técnica segura para el medio ambiente, así lo confirman La Agencia de Protección Ambiental de EEUU y la Academia Nacional de Ciencias e Ingeniería de Alemania, dos reputadas organizaciones que se suman a las opiniones de químicos, geólogos, ingenieros y ambientalistas expertos en estos temas que trabajan con las compañías de petróleos más grandes en el mundo, de hecho los países Árabes saben que la exploración y extracción de recursos no renovables merecen toda su atención e invierten en estudios millones de dólares al año, entonces nuestra obligación resulta apenas obvia, debemos aprender de los expertos y de los que llevan cientos de años metidos en esta tarea.

Colombia también suscribió el Acuerdo de París, para reportar cuántos gases (Co2) efecto invernadero está emitiendo frente a los demás países del mundo y según el informe de la Organización Meteorológica Mundial en el Rankin nuestro país está lejos ocupado el puesto 47, contaminamos justo lo que nos corresponde de acuerdo con nuestra población, y repuntan en los primero lugares: China 30.3%, Estados Unidos 13.4%, Unión Europea +RU 8.7%, India 6.8%, Rusia 4.7%, Japón 3.0%,   Irán 1.8%, Corea del Sur 1.7%, Indonesia 1.6%  y Arabia Saudita 1.6% , lo que sí es verdad es que Colombia es el segundo país en Latinoamérica con más contaminación del aire y registramos un promedio de 19.000 muertes al año, pero esto tiene otras implicaciones que no propiamente están relacionadas con nuestro tema en mención y las soluciones como ya lo dijimos están caminando.

La pregunta de fondo es, que están haciendo las potencias del mundo para que estos países subdesarrollados impacten positivamente el efecto invernadero, la respuesta es muy sencilla, no están haciendo absolutamente nada, no apoyan decididamente el desarrollo sostenible, no aportan en vías, no aportan en industria turística, no aportan en créditos, no aportan en agricultura y mucho menos aportan en desarrollo social, de manera que si queremos seguir adelante no tenemos muchas alternativas, nos toca con lo que tenemos a la mano, facturar e invertir seriamente combatiendo la politiquería y tomando buenas decisiones, encaminando el país hacia otro tipo de fuentes de ingreso.

Otro punto importante es el dinero de las regalías que llega a las regiones apartadas del país, pero que aun así viven en extrema pobreza, miseria y abandono, para nadie es un secreto que la corrupción que vivimos hace más de 200 años es producto de las pirañas que consolidan familias hegemónicas, partidos políticos y presidentes de turno, para disputarse los dineros que las compañías petroleras y mineras le aportan al Estado Colombiano, pero lamentablemente en la regiones no ven por ningún lado el fruto del oro negro porque siempre se queda en las manos de unos pocos.

De esta manera es imposible ver los resultados sociales y los beneficios que como un cáncer parecen avanzar sin mayores contratiempos dejándonos en cuidados intensivos con pronóstico reservado ante un gobierno que puede hacer las cosas mejor pero que lamentablemente no quiere y parecemos destinados a vivir el mismo calvario que le paso a Bogotá durante la administración de Gustavo Petro cuando fue alcalde de esta ciudad.

Nada pasara de la noche a la mañana y ningún proceso sostenible de país serio ocurrirá en 20 años, eso es falso, no nos dejemos meter ese cuento que solamente el estudio del metro de Bogotá cumple 69 años y ya están los abogados del gobierno trabajando de cambiar los términos del contrato para que este sea subterráneo y no elevado como fue contratado inicialmente, un claro ejemplo de lo que significa este aspecto de cambio y rotación de economías que no es para nada fácil, lo cual requiriere de tiempo esfuerzo, compromiso y seriedad a largo plazo y de eso realmente tenemos muy poco.